domingo, diciembre 16, 2007

ARG7 - Punta Tombo

22-XI-07
Aquel dia nos recogió en la furgoneta Alejandra, una guía que nos iba a llevar a ver los pingüínos a nosotros ya una pareja de ancianos bonaerenses. Tras el camino por la eterna estepa patagónica, llegamos a Punta Tomba, cuyo nombre deriva de una necrópolis tehuelche: Tumba pasó a Tombo. Allí empezamos a caminar y vimos los primeros pingüinos a diestra y siniestra. Al principio eran excasos, pero de pronto, su número fue aumentando. De vez en cuando un pingüino se quedaba mirándote fijamente junto al camino. Entonces debías de pararte, y dejarle pasar. Luego llegámos a la playa, donde se veían las llegadas y salidas de los pingüinos al mar. Sin olvidar los nidos de dos huevos, a veces con las crias ya nacidas, debajo de los matorrales, y los guanacos pastando en la lejanía.
Despues marchamos hacia Playa Unión donde tomámos una zodiac para hacer el avistaje de las toninas (delfines). Por el camino, en el puerto, pudimos ver un pequeño grupo de lobos o leones marinos.
Cruzamos Rawson y Trelew, para llegar finalmente a Gaiman, un pueblo que todavía guarda restos de su pasado galés. Tras observar desde la furgoneta el exterior de una capilla galesa, la escuela secundaria, y algunos de sus edificios mas ilustres, nos propusieron ir a tomar té galés. Pero como yo té si que quería, pero no quería ponerme morado a tomar pastas, pues decidimos tomarnos una quilmes en la plaza del pueblo. Luego cogí la cámara, y me propuse inmortalizar aquellos monumentos que más me habían impactado, pero con tranquilidad, respirando la historia de aquellos colonos galeses.
Finalmente llegamos a Puerto Madryn, con la duda de saber si finalmente veríamos las ballenas al dia siguiente. La previsión del tiempo no era muy alentadora, y el viento impediría salir a los barcos. Pero de todos modos, alquilámos el coche.

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