domingo, febrero 04, 2007

Enterrar el pasado

Fue como lanzar tierra sobre un ataúd. Dentro de la madera se encontraban dos años y medio de mi vida. Dos años y medio cogiendo el metro a la misma hora, viendo caras repetidas en la estación y en el vagón y, tras el breve camino entre la boca del metro y la puerta de la empresa, viendo la misma gente en la oficina. Pero el desfile de salidas de las caras en la empresa se acentuaba como un goteo que se convierte en torrente, y ahora ha sido mi turno.

El viernes recogí mis últimas cosas de la mesa y de los cajones, y tras despedirme de todos, salí de la puerta por última vez. Por la noche una cena en un restaurante italiano, un vodka con limón en un pub y luego un par más en Bikini. Un broche de oro para dos años y medio de mi vida. Espero sacarles jugo en el futuro. Sino, malament ....