martes, diciembre 18, 2007

ARG12 - Lago Argentino

29-XI-07

En todos los viajes "por tu cuenta" hay un momento o dia en que no puedes escapar del turismo de masas. Y en este decimo segúndo dia por tierras argentinas, nos tocó. De momento, nos recogió en el hostel, no una furgoneta, sino un autobús. Despues de llamarnos para recogernos a las 7.00 y no a las 7.30 como habíamos quedado inicialmente, el señor autobusero se pasó casi a las 8.00. Y en un autobús petao de gente. Nos llevó hasta Punta Bandera, y allí nos subimos a un catamarán, el Quo Vadis, que mas que un barco parecía el avión de Alitalia: ¡3 filas de 4 asientos por fila! Ya pueden imaginar. Y todo lleno de pantallas, donde ya empezaban a ofrecer fotos y cds interactivos. Por si fuera poco, no era seguro que llegásemos a ver el glaciar Upsala, ya que aunque el dia anterior había sido posible verlo, los dos dias anteriores los icebergs habían impedido el paso de la embarcación. Todo dependía del viento... Y viento había, y mucho.
Desde la parte alta del barco, al entrar en el brazo norte, el sól desapareció, y mientras el viento que soplaba con intensidad, pensé en volver para dentro, pero allí parecía que estabas en un bar con 300 personas más, viendo los glaciares por la tele, por lo que decidí quedarme fuera ante viento y marea. Eso sí, cuando se veía un témpano grande o un glaciar, las 300 personas salían al unísono hacia las barandillas exteriores, dispuestos a lanzar miles de fotos al estilo japonés.
Los témpanos eran majestuosos, enormes; algunos te hacían sentir que navegabas en un barco de juguete. Sus colores iban desde el blanco hasta el añil, jugando con formas y huecos. Finalmente los témpanos nos permitieron navegar por el Brazo Uppsala, y al final, llegamos al Gran Glaciar Uppsala, el mayor del lago.

Despues marchamos hacia el embarcadero, donde nos desembacaron a los 300 del barco (y a los del barco gemelo) en una pasarela que parecían las ramblas de donde no podíamos salir, hacia el Lago Onelli, donde comímos con la vista del Glaciar Agassiz y sus témpanos que fluían por el lago, envuelto por la vegetación de lengas.

Volvimos de nuevo al lago, y marchamos al Canal Spegazzini, donde obviamente, vimos el Glaciar del mismo nombre: Spegazzini. Y de allí vuelta a Punta Bandera (Puerto Bahia Tranquila) donde el autobús nos llevó a El Calafate. Marchamos hacia la estación de micros, para comprar el billete hacia Puerto Natales, y ya sin retorno hacia el viaje a Chile, nos dispusimos a cenar tranquilamente en "Viva la pepa". Antes de ir a dormir, compramos provisiones en "La Anónima", y entre los estantes de lácteos y fruta, nos encontramos casualmente con Rodrigo, de Puerto Madryn. ¡Una grata sorpresa!

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