viernes, diciembre 22, 2006

Egipto VI: Cairo Copto


El último dia siempre es el que tienes que hacer esas horribles compras que te quitan el excaso tiempo que te queda. Así, comenzamos comprando ropa en una tienda de Zamalek, y a lo que nos dimos cuenta, se nos había comido media mañana. Marchamos corriendo al Jalili, a la tienda de un tal Jordi: un egipcio que había vivido dos años en Barcelona. Lo bueno de esta tienda es que hablan perfectamente castellano, y además ya tiene precio fijo, por lo que no se pierde el tiempo regateando. Así que fuimos añadiendo a la cuenta cartuchos, pulseras, colgantes, cofres de nácar y un largo etcétera. Úrsula y Elena se marcharon corriendo, ya que tenían que coger el vuelo de Alitalia de las 4. A nosotros Iberia nos esperaba hasta la una de la madrugada.
Volvimos a negociar un taxi para ir al barrio copto, pero la verdad, cansados de negociar tanto, cogimos un taxista que nos llevara allí, nos esperara, nos llevara al hotel President en Zamalek, y posteriormente al aeropuerto.
Así pues, el primer templo que vimos fue la iglesia ortodoxa griega de San Jorge. Pasamos por la puerta del museo copto y vimos las murallas romanas, para penetrar en la iglesia de la Virgen, o Iglesia Colgante. Las iglesias coptas impresionan por esa mezcla de iconografía cristiana con arte egipcio y musulman, con unas figuritas que a veces parecen infantiles.
Volvimos hacia atras, y junto a la iglesia griega, descendimos una pequeñas escaleras que nos llevaron a un laberinto de callejuelas jalonadas de iglesias coptas semi escondidas: Santa Bárbara, San Jorge, San Sergio (esta creo que no la encontramos) ... Cuenta la leyenda que la Sagrada Familia, en su huída a Egipto, descansó en una de estas iglesias. El 10% de la población egipcia es cristiana, y en este barrio cairota posee sus principales joyas arquitectónicas. Por último, en esta encrucijada cristiana y musulmana también visitamos una antigua sinagoga, con una fuerte influéncia árabe en su arquitectura.
Tras comprar unas postales descoloridas, volvímos al taxi rumbo al hotel. Recogimos las maletas, y tras descansar media hora en el hall, marchamos rumbo al aeropuerto.
Los taxistas pensaban que acabábamos de llegar, y venían pesados a ofrecernos sus servicios, pero nosotros gatos viejos, sonreíamos mientras decíamos "la, la, sukram" (no, no, gracias). Fuimos a la cafetería Milano, y mientras saboreaba un café turco, volvimos a ver todas las fotos en la pantalla de la cámara de fotos, intentando alargar esa estancia egipcia, que cláramente había terminado al pisar por última vez Zamalek.

No hay comentarios: