miércoles, diciembre 27, 2006

Au Revoir Justine

Ayer terminé de leer el libro de Justine. La que había sido el diamante de Alejandría, acababa sin ningún brillo en los campos de Palestina. Y yo, en mi cuarto, en la huerta valenciana, me despedía de ella.
Los dos en un ambiente cosmopólita, yo en Barcelona, ella en Alejandría, y en cambio, terminamos juntos en el medio rural. Vino conmigo a Paris, a Rennes, a Marsella ..., pero en canvio, no la llevé a Alejandría. Marché solo, quizás porque pensaba que no podría tener tiempo de leer una sóla página en Egipto.

Esta tarde he ido a Valencia, y he comprado el segundo libro del Cuarteto: Balthazar.
Algunas veces se me hizo pesado leer Justine, lo reconozco. Demasiada descripción de sentimientos que requerían una concentración mayor a la de cualquier novela. Incluso pensé en abandonar el cuarteto con el primer libro, por falta de tiempo. Pero no pude resistirme a seguir indagando en la vida de Justine, ahora con una nueva visión de su vida, la de Balthazar, que abre el abanico de las pasiones de Justine en la Alejandría Durrelliana.

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