lunes, febrero 06, 2006

Epifanía +31

Aquel dia de reyes fue diferente. No fue necesario que fuera corriendo a abrir los regalos debajo del árbol como en la infancia. Al abrir los ojos observé los suyos, de un atrayente color verde-grisáceo, mirándome, mientras sus rubios cabellos, indomables, caían sobre su frente. Mis labios se posaron suavemente sobre los suyos, mientras acariciaba su rostro, sintiendo mi piel su gélido cuerpo.
Pero desde entonces, nunca mas se supo. Quizás volviera a Oriente de nuevo.

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