martes, octubre 03, 2006

Cesaraugusta

La semana pasada estuve en Zaragoza. Apenas estuve unas horas, pero lo suficiente para conocer un poco sobre la ciudad romana. De nuevo pasee por la plaza del Pilar, y tras ver la basílica en el tiempo record de 10 minutos (cada vez me dice menos esta iglesia), paseé en dirección hacia la Seo de San Salvador, en mi opinión la joya cristiana de Zaragoza. Así, entre las estatuas goyescas que pueblan el camino, distinguí un cubo, que hacía años que formaba parte del paisaje urbano de la plaza, pero que nunca supe lo que era. Me acerqué, para comprobar de que se trataba. Siempre pensé que era un anexo a la oficina de turismo o un restaurante, o yo que sé, cualquier edificio vanguardista para adornar la plaza. Mi sorpresa llegó cuando ví que era la entrada al Foro Romano de Cesaraugusta, y que además había toda una ruta romana de la ciudad, con las murallas (que era lo único que había visto en viajes anteriores, con esa estatua de Augusto y una ranita tirando agua en la fuente de delante), el puerto fluvial, las termas, el foro, y el teatro. Sin embargo, pensé en perderme un poco por la Zaragoza medieval y mudéjar, y volver posteriormente. Marché por la Calle Mayor hacia la iglesia de La Magdalena, una de mis torres mudéjares favoritas junto a las de Teruel y Calatayud, y luego, un poco alejado del Pilar, marché hacia las Termas para comenzar la visita.

El chico del museo de las Termas me dijo que la visita de toda la ruta de Cesaraugusta llevaba varias horas, y sólo en el teatro podría estar una hora y media. Así que como ya había visto las Termas pq la taquilla está junto a ellas, me marché hacia el teatro.
El teatro en sí no brilla por su buena conservación. Mérida, Segóbriga, o incluso el experimento de restauración de Sagunto ofrecen una visión mejor, pero el museo zaragozano ofrece una explicación que falta en los tres teatros comentados anteriormente. La maqueta, los paneles explicativos, la guía auditiva ... te introducen en una época y un mundo que luego se ve premiado con las ruinas del teatro en vivo, por lo que la imaginación hace el resto, sobre todo si ya has estado en otro teatro romano.

En este caso, curiosamente, fueron los propios romanos quienes destrozaron el que fuera uno de los tres teatros romanos mas importantes de Hispania. La crisis del siglo III, el cambio de religión hacia un cristianismo que prohibía o repugnaba las diversiones públicas, la amenaza de los bárbaros ... propiciaron el abandono del teatro y su posterior uso como cantera para construir las murallas que emergieron para proteger Cesaraugusta. Luego llegarían los árabes, y los cristianos, dejando el solar bajo la judería, para volver a ser tierra cristiana de nuevo con la expulsión de los judios, y dejando los restos del teatro en el olvido, ocultos bajo sus casas, iglesias y palacios renacentistas.
Casi dos horas pasé en lo que fuera un teatro romano. Y es curioso, pero de nuevo Roma volvió a mi interés, opacada en mis preferencias por Grecia y Egipto últimamente.

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