lunes, mayo 22, 2006

Arrivederci Delhi

Hoy tenía comida amical en casa de Cleopatra. Resulta que como la chica se cambia de piso, era ahora o nunca, así que nos ha invitado a comer en su antiguo piso. Al próximo, ya veremos cuando vamos .... Total, que me he ido para su casa, he cogido el metro, y al llegar a su calle, pues como no llevaba el papel con el número, lógicamente la he llamado. No contestaba. He llamado a Nuria, que si lo tenía apuntado, pero no me ha encajado. He llegado al número que me ha dicho, pero era dificil tocar en el timbre al tercer piso porque el subsodicho número sólo tenía una altura. Llamamos a Carlos, y mas de lo mismo, no tenía el número. Y Bea sin contestar .... Ha llegado Nuria y como última opción ha gritado: Bea, pero con lo grande que era la calle. El número estaba mal apuntado. Pero finalmente, por obra y gracia del espíritu santo, Bea se ha asomado al balcón, y nos ha visto. Era el portal de enfrente.
Ha sido una comida entre amigos que hacía tiempo que no teníamos (jroña ke jroña), pero ha tenido un cierto toque de despedida. El piso, muy acogedor, donde no faltaba la decoración egipcia: su compañera Vero lo ha decorado con estátuas de Anubis (el dios chacal) y Bastet (la diosa gata). Pero por un lado, Bea nos ha comunicado que por fin se va a Sevilla, despues del verano, en busca de su amor. Y por otro David y Nuria se nos marchan a la India, de momento hasta septiembre, pero quien sabe, quizas vuelvan por mas tiempo.
Así, mientras comíamos sus deliciosas tortillitas de gambas a la andaluza, acompañadas de un buen Ribera del Duero, nos poníamos al dia de los diferentes caminos que nuestras vidas pueden tomar. Unos pensando en la India, otras en Guatemala, y ella, siguiendo el camino de Venus, en Sevilla. Conocí a Bea hace ya dos años, gracias a David. Nuestra amistad ha sido un poco como el Guadiana, que aparece y desaparece, pero siempre ha estado allí, unas veces palpable, visible, marchando con fuerza como un torrente caudaloso, y otras serena, apacible, oculta bajo esos ojos. Su marcha es como si un pedazo de Barcelona huyera de la ciudad hacia ese Sur que tanto anhela.

1 comentario:

cafoscarina dijo...

Por alusiones:
sólo decirte Marco Antonio, que has definido perfectamente mi camino en esta vida :) y que nos quedan muuuchos caminos más juntos que recorrer. Y que la amistad es de verdad si es libre y para siempre como el amor. ¡Ah! Y que cambies la foto ¡¡por Dios!! que estoy horrorosa, con lo guapa, lo estilosa y lo elegante que soy ;P

Un beso enorme de Tu Cleo.