lunes, enero 30, 2006

La montaña Primigenia (relato heliopolitano)

Eran las 6 de la mañana. La noche envolvía en su oscuridad las angostas callejuelas del Raval barcelones, iluminadas por la ténue luz de las farolas. La lluvia caía impetuosamente empapando el asfalto y mojaba a los pocos transeúntes que aún continuaban exprimiendo el sábado, buscando todavía algun bar abierto, o esperando que alguna cafetería alzase su persiana. Allí estábamos nosotros, refugiados en un antiguo portal de la fuerte lluvia amenazante. Entre canciones y gritos, observando las mafias paquistaníes, alguien gritó: "Contemos un cuento" .....

Según la teoría heliopolitana, una de las 3 que narraban la creación en el antiguo Egipto, en el principio sólo existía el caos, Nun, el elemento líquido incontrolable. Entre esta masa desordenada, surgió el gemen de la vida. Emergió la Colina Primigénia, y de ella Ré (Rá), el Sol.

Alguien dejó escapar un grito motivado por los efectos del alcohol. La lluvia contenía golpeando con fuerza en la calle.

Ré diseñó la creación partiendo de su propio semen. Se masturbó y concibió a Shu, el aire, y Tefnut, la humedad. De la unión de sus dos hijos, lo seco y lo húmedo surgieron la diosa Nut, el Cielo, y el dios Geb, la Tierra. de esta unión entre el cielo y la tierra nacerína Isis, Osiris, Seth y Neftis.

Otra historia cuenta la Leyenda del Ojo de Ré. El dios solar perdió un ojo. Sus hijos fueron a buscarlo, pero sin éxito, por lo que decide reemplazar su ojo por otro. Cuando este volvió, al ver que había sido sustituído, comenzó a llorar. De estas lágrimas surgieron los hombres. Ré, compadecido, convirtió al ojo en cobra, y se lo puso en la frente, transformándose en el ureus.

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