Tras una cena de tapeo con gente diversa (de hecho sólo conocía al muete y a un italiano), y una salida que degeneró en metal house (mi música favorita, ironizando), tuvimos unos dias más de convivencia. El martes llegó su sustituta, que no se cuando se instalará.
Finalmente se hace el viaje a Egipto. Ha estado en la cuerda floja, pero tras un aumento de 100 euros, en Septiembre marcho de nuevo al país de los faraones: El Cairo, las necrópolis menfitas, El Fayum y Luxor (la antigua Tebas) serán nuestro destino. Luego marcharé hacia el Sinaí, hacia aquella tierra inóspita que dió a Moises las tablas de la Ley y vió surgir la cabeza de Santa Catalina e hizo brotar un monasterio bizantino, o quizas me retire hacia la siempre eterna Alejandría. Chi lo sà?
Y de pronto la triada se reunió en tierras de la Costa Brava. Palamòs, Cala Fosca, Llafranc, Calella de Palafrugell, Sa Tuna, Aiguafreda y Begur fueron testigos de historias egipcias ... donde el mar acaricia con sus olas la costa, formando calas virgenes.
La noche barcelonesa terminó con una shisha de nuevo en La Concha. Esta mañana, reencuentro con Roser, aquella compañera de fatigas en el trabajo y aventuras en Egipto. Fue bonito volver a verla desde aquel lejano mes de Enero.
¿Vas a ir al País de Punt? Traemé mirra e incienso, y saluda a la reina de Punt de mi parte.
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