5-XII-07
Comenzó el dia nublado, y con miedo, marchamos de nuevo a la plaza cívica para ver si hoy salía nuestro velero. Tuvímos suerte, y finalmente embarcamos en el "if..." junto a una pareja de brasileños, 2 alemanes y 2 austriacos: 10 en total mas 2 de tripulación. Nos tuvímos que poner los impermeables, porque estaba lloviendo, pero pese al goteo incesante y el viento, ese tranquilo y hermoso paisaje merecía el sufrimiento.
Nos adentramos en la bahía Beagle y la primera parada es frente a una isla repleta de cormoranes y lobos marinos. El velero apaga los motores, y podemos observar los harenes del macho cuya melena le vale el nombre de león marino, rodeado por un grupo de hembras y crías. También se puede ver zambullirse algún elemento, y por supuesto los cormoranes, y alguna gaviota que está de visita.
Comenzó el dia nublado, y con miedo, marchamos de nuevo a la plaza cívica para ver si hoy salía nuestro velero. Tuvímos suerte, y finalmente embarcamos en el "if..." junto a una pareja de brasileños, 2 alemanes y 2 austriacos: 10 en total mas 2 de tripulación. Nos tuvímos que poner los impermeables, porque estaba lloviendo, pero pese al goteo incesante y el viento, ese tranquilo y hermoso paisaje merecía el sufrimiento.
Nos adentramos en la bahía Beagle y la primera parada es frente a una isla repleta de cormoranes y lobos marinos. El velero apaga los motores, y podemos observar los harenes del macho cuya melena le vale el nombre de león marino, rodeado por un grupo de hembras y crías. También se puede ver zambullirse algún elemento, y por supuesto los cormoranes, y alguna gaviota que está de visita.
La siguiente parada es la isla H, llamada así porque tiene esta forma, y cuando sube la marea, se convierte en dos islotes. Se trata de una reserva natural, y el paseo no tiene desperdicio. Se puede ver una conchera yámana repleta de restos de su comida (conchas de moluscos), y una pareja de gansos o queuqén, con sus seis pollitos. Tras pasar junto a un faro bastante "de andar por casa", llegámos a una nueva colonia de cormoranes, en el acantilados. Al frente se podía observar la Isla Navarino (Chile), ya el último "fin del mundo". A la vuelta, nos esperaba en el velero un café calentito, y como no, un alfajor.
Las últimas horas en la Patagonia, eran de tristeza. Esa noche dormiríamos en Buenos Aires, de nuevo en la ciudad. Se terminaba ese frío y viento que ya comenzaban a formar parte de mi. Paseé por el paseo marítimo, tomé un bocadillo en la Plaza Islas Malvinas, y finalmente volví al hotel. Allí tomámos un taxi que nos llevó al aeropuerto. Obviamente el avión de Aerolíneas Argentinas volvió a salir con retraso, y en tres horas y media llegámos al Aeroparque de Buenos Aires. Un taxi nos llevó al International Hostel Tango Back-Packers, en el barrio de Palermo(Thames-Paraguay), donde nos alojamos en una habitación que parecía una pecera, y para mas INRI, el ruido del bar de debajo era insoportable, por lo que decidímos cambiar de hostel al dia siguiente.
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